LA PIEL
- Sequedad.
- Irritación cutánea.
- Hiperpigmentación (oscurecimiento de la piel, puede producirse total o solamente en puntos específicos).
- Sensibilidad cutánea.
- Etc.
Durante la quimioterapia puede que el aspecto de nuestra piel resulte apagado, cambie de color o sea más áspera y seca. Pero con una buena hidratación a base de cremas o aceites, bebiendo mucha agua y con maquillaje conseguiremos minimizar los efectos.
Estos efectos suelen ser reversibles unos meses después de finalizar el tratamiento. Y por ello, debemos de seguir con los cuidados específicos por lo menos un par de meses tras acabar con las sesiones de quimioterapia, ya que nuestro organismo tarda un tiempo en eliminar la toxicidad y efectos a dichos fármacos.
Podemos reforzar la hidratación con productos que nos hidraten y regeneren al mismo tiempo (sobretodo con la radioterapia), como por ejemplo la rosa de mosqueta, el aloe vera, el espino amarillo o el aceite de argán. Son componentes adecuados para éste tipo de situaciones, favoreciendo a nuestra piel. Cremas con componentes de avena o almendra pueden también ayudar.
Debemos utilizar jabones de PH 5.5 para evitar la sequedad e irritación, protectores solares de factor alto o cremas de pantalla total, para evitar manchas a causa del sol. Es muy importante usarlas también después del tratamiento de quimioterapia o radioterapia, ya que fármacos que se deben de tomar por largas temporadas como es el ejemplo del Tamoxifeno, favorece a la aparición de manchas.
Se desaconseja en todos los casos usar cremas de tipo despigmentantes o anticelulíticas (por sus componentes químicos), realizarse peelings, limpiezas de cutis o rasurarse con maquinillas. Todo producto no natural debe ser consultado con el médico antes de ser utilizado.